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Ya sea que esté hecho de vidrio, plástico, metal, papel o bambú, el empaque juega un papel importante para mantener los alimentos frescos, garantizar que sean seguros y extender su vida útil para reducir las pérdidas y el desperdicio.  

En los envases primarios, o envases que entran en contacto directo con los alimentos, el plástico es muy común, ya que es liviano, flexible y de costo comparativamente bajo. Si bien algunos plásticos se pueden reciclar y reutilizar fácilmente, otros no y, como sabemos, el impacto del plástico en el medio ambiente es enorme cuando no se reutiliza o recicla.

Al mismo tiempo, la pérdida y el desperdicio de alimentos también conllevan una enorme carga medioambiental. Los alimentos perdidos y desperdiciados significan una pérdida de todos los recursos que se utilizan para producirlos, como agua, suelo, energía y más. El uso de envases adecuados para evitar pérdidas y desperdicio de productos alimenticios puede beneficiar al medio ambiente más que no utilizar envases en absoluto. 

Un enfoque circular es clave. Las soluciones de embalaje circular se centran en un enfoque de reducción, reutilización y reciclaje, que incluye minimizar el plástico de un solo uso, fomentar la reutilización y el reciclaje de materiales y mejorar la economía y la calidad de los materiales plásticos reciclados. 

Aquí hay cuatro mejores soluciones de envasado que podemos aprovechar para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos: 

1)    Embalaje reutilizable

La pérdida de alimentos es la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos hasta la etapa de venta al por menor. Un embalaje a granel deficiente o un manejo inadecuado a lo largo de la cadena de suministro se encuentran entre las principales causas de daños y deterioro. En el caso de frutas y verduras, las pérdidas resultantes de la compresión y abrasión tienden a ser mayores durante el transporte. Esto compromete la calidad y el valor económico de los productos frescos. El uso de envases adecuados puede reducir significativamente estas pérdidas, protegiendo los productos en tránsito y, en última instancia, reduciendo la huella de carbono de los alimentos.

Por ejemplo, en los países del sur y sureste de Asia, las pérdidas en la cadena de suministro tradicional del banano promediaron alrededor del 29 por ciento. Los plátanos son delicados y se dañan fácilmente durante el transporte, lo que provoca magulladuras antiestéticas y una descomposición más rápida al madurar. La FAO introdujo buenas prácticas de gestión poscosecha junto con materiales de embalaje a granel reutilizables, como cajas de plástico, para su uso durante el transporte. Las cajas de plástico brindan un nivel de protección mucho mayor al absorber los golpes durante el transporte, mientras que el uso de revestimientos de cajas disponibles localmente, como hojas, paja y periódicos, reduce el daño por abrasión.

La fruta llegó a los mercados sin imperfecciones y obtuvo precios más altos debido a su mejor apariencia y calidad en general. Este empaque mejorado redujo las pérdidas en la cadena de suministro hasta en un 61 por ciento. Después de su uso, las cajas de plástico se devuelven al sitio de cosecha, se limpian y se reutilizan para cosechas posteriores. Si se mantienen adecuadamente, estas cajas se pueden utilizar hasta por 10 años, lo que significa que su huella de carbono es mínima.

Transporte seguro de bananas del campo al mercado: las cajas de plástico son una opción resistente y reutilizable que protege los alimentos frescos de daños. Si se mantienen adecuadamente, estas cajas se pueden utilizar hasta por 10 años.

2)    Opciones de embalaje innovadoras y sostenibles

El uso de materiales sostenibles es, por supuesto, una de las formas más importantes de minimizar el impacto del embalaje en el medio ambiente. 

En muchos países, los productos frescos se venden desde hace mucho tiempo en el envase más natural de todos: las hojas. Si bien las hojas no son suficientes para proteger la fruta durante el transporte, a nivel minorista son una buena alternativa al plástico, ya que ayudan a mantener los alimentos frescos hasta que se venden. El empaquetado de productos frescos es una práctica popular en el mundo en desarrollo en vista del alto costo y el acceso limitado a otras opciones de empaque. Por ejemplo, los espárragos y las verduras de hoja se envuelven comúnmente con hojas de plátano o papel de periódico antes de atarlos y venderlos como un paquete.

Otra opción es utilizar métodos de envasado innovadores que reduzcan el desperdicio y la pérdida de alimentos al preservar la calidad de los alimentos. Un ejemplo de esto es el envasado en atmósfera modificada (MAP), que mantiene un bajo nivel de oxígeno en los alimentos envasados ​​para garantizar una vida útil más prolongada. MAP se usa comúnmente en el envasado de café. Por lo general, los tostadores deben permitir que los granos se enfríen y desgasifiquen al aire libre porque la acumulación de CO2 en el empaque puede hacer que reviente. Sin embargo, dejar los frijoles al aire libre reduce su frescura. Las válvulas de envasado MAP permiten la liberación de dióxido de carbono de la bolsa de café sin dejar entrar gases o contaminantes ambientales, lo que permite que los granos de café se mantengan en su punto máximo de frescura.

El uso de envases adecuados para evitar pérdidas y desperdicio de productos alimenticios puede beneficiar al medio ambiente más que no utilizar envases en absoluto. 

3)    Embalaje recargable

A veces, debido al gran tamaño de los envases al por menor, los consumidores compran más alimentos de los que necesitan y, a menudo, tiran lo que no pueden usar. Los envases rellenables, como los envases de vidrio o acero inoxidable que se pueden limpiar, ofrecen a los consumidores la oportunidad de comprar alimentos en formatos sueltos o a granel en los puntos de venta. En 2018, un tendero holandés se convirtió en el primero en ofrecer un pasillo sin plástico a sus clientes. Poco después, un conocido supermercado del Reino Unido hizo lo mismo, y muchos supermercados ahora ofrecen esta opción. Sin embargo, los diseños innovadores de envases que evitan el contacto humano con el producto durante el llenado son importantes para evitar la contaminación cruzada y los riesgos de seguridad alimentaria.

El envasado juega un papel importante no solo en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, sino también en el impulso de la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida. Un enfoque circular sobre cómo empaquetamos nuestros alimentos puede marcar una gran diferencia para la seguridad alimentaria de nuestras comunidades y la salud de nuestro planeta.

Fuente: www.fao.org