Obesidad y sobrepeso en niñas y niños uruguayos causa preocupación
Según la Organización Panamericana de la Salud, Uruguay es uno de los dos países latinoamericanos con mayor índice de obesidad infantil
PROGRAMA DE EVALUACIÓN FÍSICA DE LAS NIÑAS Y NIÑOS URUGUAYOS
Según la Organización Panamericana de la Salud, Uruguay es uno de los dos países latinoamericanos con mayor índice de obesidad infantil y desde el ámbito de la salud se han realizado algunos interesantes estudios sobre este tema. La lucha contra el sobrepeso y la obesidad, que tiene que ver con un particular estilo de vida, implica dos factores fundamentales: la alimentación saludable y la actividad física. Considerando importante desarrollar estudios desde la educación física y el deporte que contribuyan a reflexionar sobre nuestras prácticas profesionales, este trabajo procura conocer las características físicas y antropométricas de los niños y niñas uruguayos que cursan el quinto y sexto año de la escuela primaria (11 a 14 años). Se evaluaron 50.559 niños en todo el país, de un total de 97.085 inscriptos en esos niveles escolares. La consideración de algunos parámetros antropométricos junto a la aplicación de tests de condición física arrojó datos alarmantes de sobrepeso y obesidad de nuestros niños. El 46,8% de los niños que concurren a escuelas privadas presentan sobrepeso y obesidad mientras que en las escuelas públicas alcanza al 42,6%.
Presentación
La Secretaria Nacional del Deporte (SND) y el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) acordaron durante el año 2016 la realización del “Programa de Evaluación Física de las Niñas y Niños Uruguayos”, buscando generar un registro a nivel nacional con un corte en 5to y 6to año escolar, actualizándolo cada dos años.
El propósito del programa, llevado a cabo en conjunto entre ambas instituciones aspiraba a generar datos relevantes que se entienden necesarios para el desarrollo de políticas deportivas, educativas, sociales y sanitarias del país, mediante la elaboración de un diagnóstico de las condiciones físicas de la niñez en el último ciclo de la escuela primaria.
En la formulación de la propuesta fueron consultados expertos de educación física, medicina deportiva y de evaluación física, nacionales y extranjeros, que aportaron experiencias muy interesantes que permitieron mejorar la elección de las medidas y pruebas a realizar. También fueron muy importantes las recomendaciones que brindaron durante el proceso de elaboración del programa profesionales de Estadísticas y Evaluaciones del Consejo Directivo Central (CODICEN). Además se contó con el invalorable apoyo de la División de Evaluación de la Dirección Nacional de Evaluación y Monitoreo (DINEM) del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) que, no solo asesoró en los criterios que debían seguirse para recabar los datos de manera eficiente y, al mismo tiempo, facilitara el tratamiento posterior de un gran volumen de datos, sino que también realizó el análisis estadístico de los mismos.
Durante el año 2016 se implementó en carácter de prueba el programa elaborado por docentes de la SND en cerca de 50 escuelas privadas de Montevideo. A través de los datos que se recibieron de las mismas, se detectaron algunos detalles a corregir e, incluso, se resolvió eliminar una de las pruebas cuya medición arrojaba resultados muy disímiles a causa de dificultades en la interpretación del protocolo de aplicación.
En el segundo semestre del año 2016, a solicitud de los docentes de educación física del CEIP se convocó a los inspectores de educación física de todas las regiones del país y a representantes de la Federación Uruguaya de Magisterio, para conocer, analizar y, si lo consideraran necesario, a reformular la propuesta de evaluación presentada por los docentes de la SND. Se conformó una comisión de trabajo en la que participaron profesionales de ambas instituciones coordinados por la Inspectora Técnica Mtra. Milka Shannon (CEIP). En sucesivas reuniones realizadas entre octubre y diciembre de 2016 fueron incorporadas algunas importantes modificaciones al proyecto inicial.
La comisión resolvió llevar a cabo la evaluación entre los meses de marzo y mayo de 2017 y, previo a ello, se fijaron jornadas de sensibilización con todos los docentes de educación física donde se haría la presentación del programa que habrían de implementar. Éstas se realizaron durante febrero y los primeros días de marzo de 2017 en dos modalidades. En Montevideo la presentación del programa se hizo de manera presencial en cuatro grupos de acuerdo a las zonas en que se divide la supervisión en la capital. Para los profesores del interior del país se utilizó el sistema de videoconferencias con la participación de la casi totalidad de los docentes del CEIP. En esas presentaciones se explicaron los objetivos del programa, se aclararon los alcances y limitaciones del mismo y se comunicó el cronograma de trabajo.
Existía preocupación en los profesores ya que la evaluación de carácter cuantitativo que se planteaba se oponía a los criterios de evaluación docente que estos profesionales sostienen en el programa escolar, basados en un paradigma cualitativo. Frente a ello se insistió en que el programa de evaluación física que se estaba proponiendo, no pretendía ser una evaluación de los aprendizajes de los niños, ni de enseñanza de los docentes, ni del programa de educación física escolar. Era simplemente una mirada diferente, de corte cuantitativo, que se realizaría en el menor tiempo posible para no interferir en los procesos de enseñanza y aprendizaje y no intentaba cuestionar ni obstaculizar la evaluación habitual de los docentes en sus clases.
Los resultados y conclusiones que arroja la evaluación y que se presentan en este informe, podrán ser utilizados como insumo técnico por los docentes de educación física a través de sus órganos competentes.
Objetivo general
Conocer las características físicas y antropométricas de los niños y niñas uruguayos de 5° y 6° año escolar.
Objetivos específicos
Conocer los valores antropométricos básicos (altura, peso, envergadura, etc.).
Evaluar las capacidades de fuerza y potencia de los principales grupos musculares.
Sugerir la derivación de aquellos niños que en la valoración arrojaron indicadores no saludables al Sistema Nacional Integrado de Salud.
Generar base de datos de los niños y jóvenes de nuestro país que permita un seguimiento de los procesos de maduración y desarrollo físico.
Fundamentación y antecedentes
El gran aumento del exceso de peso en los niños es considerado un problema de escala mundial, porque constituye un factor de riesgo que predice fuertemente la posibilidad de adquirir enfermedades no transmisibles como las afecciones cardiovasculares, la diabetes mellitus tipo 2 y varios tipos de cáncer. Expertos señalan que esta problemática que trasciende los países y continentes ya ha alcanzado un nivel de pandemia. En los esfuerzos por combatir este flagelo se han realizado numerosos estudios sobre las costumbres y hábitos relacionados con los estilos de vida en los niños y jóvenes de nuestra época, procurando justificar la implementación de políticas sanitarias y educativas para su prevención.
La alimentación saludable y la actividad física se consideran las dos variables más determinantes para la prevención del exceso de peso, el consumo de drogas y el sedentarismo y por ello, las organizaciones vinculadas a la salud pública, la educación, la educación física y el deporte deberían asumir la responsabilidad de promover niños físicamente activos porque, como expresaba hace mucho tiempo José María Cajigal “de un niño sedentario sólo podemos esperar un adulto sedentario”. En ese sentido, desde varios sectores y desde la Organización de las Naciones Unidas, se ha identificado la necesidad de aumentar la actividad física como “una de las áreas de intervención prioritaria para reducir las enfermedades no transmisibles” (Rodríguez, L.F. et al. 2016). Estos investigadores colombianos analizaron el estado nutricional de más de 6.000 escolares entre 9 y 17 años de la ciudad de Bogotá, en relación con su comportamiento frente a la actividad física, así como los factores socioeconómicos, el ambiente físico, el nivel educativo de la madre. Todas estas variables se mostraron concluyentes para asumir un estilo de vida saludable.
Analizando trabajos anteriores con grupos similares al de nuestro estudio, hemos encontrado algunas investigaciones realizadas en nuestro país y en el extranjero. En Uruguay, Pisabarro et al. (2002), evaluaron durante el año 2000 la incidencia de sobrepeso y obesidad en niños uruguayos de 9 a 12 años. Seleccionaron una muestra representativa a nivel nacional de niños de la ciudad de Montevideo y de ciudades del interior del país. Entrevistaron un total de 886 niños en sus domicilios con la presencia de sus padres, la mitad en Montevideo y la otra mitad en el interior y un número aproximadamente similar de niños y niñas. Calculando el índice de masa corporal (IMC) los investigadores encontraron un 17% de niños y niñas con sobrepeso y un 9% de niños obesos, sin diferencias entre ambos sexos. En ese estudio 1 de cada 4 niños uruguayos presentaba sobrepeso u obesidad y 1 de cada 10 tenían obesidad severa. Estos datos difieren mucho de investigaciones más recientes.
En una pesquisa llevada a cabo en España (Sánchez, J. et al. 2013), sobre una muestra de 978 niños entre 8 y 17 años, se midió el peso y la estatura de los niños y jóvenes analizando los resultados en relación con diversas variables sociodemográficas. Los investigadores concluyeron que el 26% tenían sobrepeso y el 12,6% obesidad. Entre los 8 y los 13 años de edad más del 45% presentaban sobrepeso, valores que se reducen significativamente entre los 14 y 17 años alcanzando a un 25,5%. Estos valores altos de sobrepeso y obesidad han permanecido estables en España en los 12 años anteriores a este trabajo.
Recientemente en nuestro país, entre los años 2015 y 2016, un estudio de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular y UCM con el objetivo de analizar la relación entre el sobrepeso y la patología hipertensiva en niños en edad escolar, además de constatar que el 15% de los niños presentaba alteraciones en la presión arterial, el 40% tenían obesidad o sobrepeso. El trabajo, dirigido por la Dra. Virginia Estragó y que fue galardonado con el Premio Nacional de Medicina 2016, se basó en una muestra de 1.297 niños entre 10 y 13 años de escuelas públicas de Montevideo.
José Joaquín Muros et al. (2015), analizaron la relación entre la condición física, actividad física y determinados parámetros antropométricos con el propósito, además, de describir los índices de sobrepeso y obesidad en una muestra representativa de 515 escolares de 10 y 11 años en la provincia de Santiago (Chile). Mediante el cálculo del IMC (índice de masa corporal) constataron que el 55% de la muestra presentaba sobrepeso y obesidad no observando diferencias estadísticamente significativas entre sexos.
También en el país trasandino, Zurita Ortega, F. et al. (2017), realizaron un interesante estudio sobre la relación entre la actividad física, la obesidad y el grado de autoestima en escolares chilenos. Asumiendo las estrategias del Ministerio de Salud de Chile para reducir los factores de riesgo vinculados al sobrepeso, el sedentarismo y el consumo de drogas, sostienen la importancia de intervenir desde la niñez para combatir los hábitos no saludables. También consideran a la actividad física como un factor privilegiado para la salud de las personas y que tiene relación directa con la autoestima de niños y jóvenes. Los niños con baja autoestima se caracterizan por una mala condición física y al llegar a la etapa de la adolescencia con una valoración negativa de sí mismos, son más propensos a mostrar comportamientos no saludables, conductas antisociales o violentas, depresión, etc. La muestra estudiada alcanzó a 515 niños de centros educativos de Santiago de Chile de 10 y 11 años de edad. En cuanto a los resultados obtenidos mediante los tests de condición física realizados, muestran que a un mayor IMC, menor será su VO2Max y menor será la capacidad de salto. La alta correlación entre esas variables coincide con lo que nos manifestaran diferentes expertos que fueron consultados para la elaboración del presente programa de evaluación diagnóstica.
López Sánchez, G. et al. (2018), de la misma forma que hicieron los investigadores chilenos, estudiaron la relación de la imagen corporal con el exceso de peso y la obesidad en niños y adolescentes españoles. En una muestra representativa de 1.082 niños y adolescentes entre 3 y 18 años de edad (541 varones y 541 mujeres) de la región de Murcia, utilizaron como instrumento las siluetas de Stunkard. El 34% de los hombres y el 17,9% de las mujeres estaban comprendidos en el grupo de sobrepeso y obesidad. El 61.2% de los encuestados no estaban satisfechos con su cuerpo o sea que percibían su imagen corporal en forma negativa. El 44,7 de los hombres y el 46% de las mujeres manifestaron que deseaban ser más delgados. Los investigadores concluyeron que el problema psicológico generado a partir de la insatisfacción corporal era más fuerte que el problema fisiológico de la obesidad.
La circunferencia de cintura, como indicador de sobrepeso y obesidad, está siendo cada vez más utilizada en diferentes trabajos de investigación (Piazza, N. 2005; Hirschler, V. 2009; Moreno, M. 2010; Esquivel et al. 2011). Un grupo de investigadores cubanos (Mercedes Esquivel et al. 2011), preocupados por el creciente fenómeno de la obesidad infantil, considerando que el IMC es sólo un indicador indirecto de la grasa corporal y con el propósito de conocer la distribución de la misma en niños y jóvenes de La Habana emplearon la medida de la circunferencia de la cintura. Desechando el análisis de los pliegues cutáneos que requiere de equipos costosos y poco asequibles para estudios masivos, optaron por esta medición que sólo necesita de una cinta métrica y presenta un bajo nivel de error inter e intra-observador. Encontraron que la circunferencia de cintura aumentó en forma evidente con los años tanto en niñas como en varones pero los valores fueron menores a los que mostraban estudios similares en otros países.
Cumpliendo con las recomendaciones que emanan de la Declaración Política de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, así como el Plan de Acción de la Organización Panamericana de la Salud 2014 para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles, Canadá, Estados Unidos y México, constatando escasos avances en la lucha contra la obesidad infantil y fortalecidos por una historia de mutua cooperación, resolvieron encarar juntos este grave problema. Aunque con diferencias sociales, económicas y culturales, las causas de la obesidad infantil en los tres países son similares (Rabadan, C. et al. 2016.). En reuniones técnicas entre los tres países fueron identificadas una serie de acciones a desarrollar. Aunque reconocían la complejidad del problema estuvieron de acuerdo en poner el énfasis en el mejoramiento de la actividad física como el factor preponderante para el logro de resultados positivos en la salud de los niños. La novedad de los programas acordados consistía en el desarrollo de actividades intergeneracionales con el involucramiento de las familias, mejorando así la actividad física de los niños y sus familias. Para los tres países la obesidad infantil es una prioridad de la salud pública y han asumido que no será fácil revertir valores que siguen siendo muy elevados y que demandará “una acción sostenida, intensiva y ampliada”.
En resumen, los diferentes actores de la educación, la salud y la educación física y el deporte no deberían permanecer ajenos, comprometiéndose en la búsqueda de soluciones impostergables a un problema alarmante.