Memoria Humana
La memoria humana es la función cerebral resultado de conexiones
sinápticas entre neuronas mediante la que el ser humano puede retener
experiencias pasadas. Los recuerdos se crean cuando las neuronas
integradas en un circuito refuerzan la intensidad de las sinapsis.
Estas experiencias, según el alcance temporal con el que se
correspondan, se clasifican, convencionalmente, en memoria a corto plazo
(consecuencia de la simple excitación de la sinapsis para reforzarla o
sensibilizarla transitoriamente) y memoria a largo plazo (consecuencia
de un reforzamiento permanente de la sinapsis gracias a la activación de
ciertos genes y a la síntesis de las proteínas correspondientes).
La memoria humana, a diferencia de la memoria de los animales que actúa
principalmente sobre la base de sus necesidades presentes, puede
contemplar el pasado y planear el futuro. Respecto de su capacidad, se
ha calculado el cerebro humano puede almacenar información que “llenaría
unos veinte millones de volúmenes, como en las mayores bibliotecas del
mundo”. Algunos neurocientíficos han calculado que en toda una vida se
utiliza solo una diezmilésima parte (0,0001) del potencial del cerebro.
Este artículo describe la memoria humana según del aprendizaje del
Teoría del procesamiento de información sustentado por la Psicología
cognitiva.
Fijación de la memoria En la transformación de una memoria a corto plazo
en una a largo plazo desempeñan una función los genes: a los pocos
minutos de una determinada experiencia, es necesaria la síntesis
cerebral de nuevas proteínas para que el recuerdo permanezca a largo
plazo.
En una primera hipótesis, el proceso de fijación pasaría por diversas
fases: en primer lugar, el estímulo (repetido o especialmente intenso)
refuerza una determinada conexión sináptica, mandando una señal al
núcleo neuronal para la permanencia del recuerdo; en segundo lugar, se
activa el factor CREB (un factor de transcripción del inglés, cyclic AMP-response
element-binding protein) para consolidar la sinapsis; tercero, ese
factor CREB activa en el núcleo determinados genes que se transcriben en
ARN mensajero que parte del núcleo; cuarto, las instrucciones de ese ARN
se traducen en proteínas que refuerzan definitivamente la sinapsis
primera.
Otra hipótesis prescinde del recurso de la señal al núcleo y subraya que
una estimulación sináptica intensa, o la coincidencia de varias sinapsis
en la misma neurona, puede suponer que la célula descargue sus
potenciales de acción, los cuales abrirían determinados canales de
calcio que permitirían a los iones interaccionar con enzimas que
finalmente activarían el factor CREB.
Determinados estados psicológicos, como por ejemplo la hipnosis,
multiplican la memoria; asimismo, algunas sustancias, como las
anfetaminas, acentúan algunos tipos de memoria.
Memoria sensorial
Se denominan «memorias sensoriales» a una serie de almacenes de
información provenientes de los distintos sentidos que prolongan la
duración de la estimulación. Esto facilita, generalmente, su
procesamiento en la Memoria Operativa.
Los almacenes más estudiados han sido los de los sentidos de la vista y
el oído.
El almacén icónico se encarga de recibir la percepción visual. Se
considera un depósito de líquido de gran capacidad en el cual la
información almacenada es una representación isomórfica(con la misma
estructura) de la realidad de carácter puramente físico y no categorial
(aún no se ha reconocido el objeto). Esta estructura es capaz de
mantener nueve elementos aproximadamente, por un intervalo de tiempo muy
corto (alrededor de 250 milisegundos). Los elementos que finalmente se
transferirán a la «Memoria Operativa» serán aquellos a los que el
usuario preste atención.
El almacén ecoico, por su parte, mantiene almacenados los estímulos
auditivos hasta que el receptor haya recibido la suficiente información
para poder procesarla definitivamente en la «Memoria Operativa».
Memoria a corto plazo. La Memoria Operativa , o memoria a corto plazo)
es el sistema donde el individuo maneja la información a partir de la
cual está interactuando con el ambiente. Aunque esta información es más
duradera que la almacenada en las memorias sensoriales, está limitada a,
aproximadamente, 7±2 elementos durante 10 s (span de memoria) si no se
repasa.
Esta limitación de capacidad se pone de manifiesto en los efectos de
«primacía» y «recencia». Cuando a las personas se les presenta una lista
de elementos (palabras, dibujos, acciones, etc.) para que sean
memorizados, al cabo de un breve lapso de tiempo, recuerdan con mayor
facilidad aquellos ítems que se presentaron al principio (primacía) y al
final (recencia) de la lista, pero no aquellos intermedios.
El «efecto de primacía» disminuye al aumentar la longitud de la lista,
pero no así el de «recencia». La explicación que se da a estos datos es
que las personas pueden repasar mentalmente los primeros elementos hasta
almacenarlos en la memoria a largo plazo, a costa de no poder procesar
los elementos intermedios. Los últimos ítems, por su parte, permanecen
en la «Memoria Operativa» tras finalizar la fase de aprendizaje, por lo
que estarían accesibles a la hora de recordar la lista.
Las funciones generales de este sistema de memoria abarcan la retención
de información, el apoyo en el aprendizaje de nuevo conocimiento, la
comprensión del ambiente en un momento dado, la formulación de metas
inmediatas y la resolución de problemas. Debido a las limitaciones de
capacidad, cuando una persona realice una determinada función, las demás
no se podrán llevar a cabo en ese momento.
Subsistemas. La «Memoria Operativa» está formada por varios subsistemas,
a saber: un sistema supervisor (el Ejecutivo Central), y dos almacenes
secundarios especializados en información verbal (el Lazo Articulatorio)
y visual o espacial (la Agenda Visoespacial).
El Ejecutivo Central coordina los recursos del sistema y los distribuye
por diferentes almacenes, llamados esclavos, según la función que se
pretenda llevar a cabo. Se centra, por lo tanto, en tareas activas de
control sobre los elementos pasivos del sistema; en este caso, los
almacenes de información.
El Lazo Articulatorio, por su parte, se encarga del almacenamiento
pasivo y mantenimiento activo de información verbal hablada. El primer
proceso hace que la información se pierda en un breve lapso de tiempo,
mientras que el segundo —repetición— permite refrescar la información
temporal. Además, es responsable de la transformación automática del
lenguaje presentado de forma visual a su forma fonológica, por lo que, a
efectos prácticos, procesa la totalidad de la información verbal.
Esto se demuestra cuando se trata de recordar una lista de letras
presentadas de forma visual o auditiva: en ambos casos, una lista de
palabras de sonido semejante es más difícil de recordar que una en la
que éstas no sean tan parecidas. Asimismo, la capacidad de
almacenamiento del «Lazo Articulatorio» no es constante como se creía
(el clásico 7±2), sino que disminuye a medida que las palabras a
recordar son más largas.
La Agenda Visoespacial es el almacén del sistema que trabaja con
elementos de carácter visual o espacial. Como el anterior, su tarea
consiste en mantener este tipo de información. La capacidad de
almacenamiento de elementos en la «Agenda Visoespacial» se ve afectada
—como en el «Lazo Articulatorio»— por la similitud de sus componentes,
siempre y cuando no sea posible traducir los elementos a su código
verbal (p.e. porque el «Lazo Articulatorio» esté ocupado con otra
tarea). Así, será más difícil recordar un pincel, un bolígrafo y un
lápiz que un libro, un balón y un lápiz.
Consecuencias de la limitación de recursos. Se ha investigado cómo la
limitación de recursos de la «Memoria Operativa» afecta a la ejecución
de varias tareas simultáneas. En las investigaciones de este tipo se
demanda a las personas que realicen una tarea principal (p.e. escribir
un artículo) y de otra secundaria (p.e. escuchar una canción) al mismo
tiempo. Si la tarea principal se realiza peor que cuando se hace en
solitario, se puede constatar que ambas tareas comparten recursos.
En líneas generales, el rendimiento en tareas simples empeora cuando
éstas requieren la participación de un mismo almacén secundario (p.e.
escribir un texto y atender a lo que se dice en la canción); pero no
cuando los ejercicios se llevan a cabo de forma separada en los dos
almacenes o subsistemas (p.e. escuchar una noticia y ver unas imágenes
por televisión). Cuando la complejidad de las tareas aumenta y se
requiere el procesamiento de información controlado por el «Ejecutivo
Central», la ejecución en ambas tareas se ralentiza pero no empeora.
Además, se ha demostrado que las personas ancianas muestran peor
rendimiento en las tareas que requieran el uso del componente del
«Ejecutivo Central» de la memoria de trabajo. Por el contrario, las
tareas que precisen del bucle fonológico no se verán tan afectadas por
la variable edad. Aunque todavía en la actualidad no está aclarada esta
cuestión.
Memoria a Largo Plazo. La memoria a largo plazo (tcc, MLP) es un almacén
al que se hace referencia cuando comúnmente hablamos de memoria en
general. Es en donde se almacenan recuerdos vividos, conocimiento acerca
del mundo, imágenes, conceptos, estrategias de actuación, etc.
Dispone de capacidad desconocida y contiene información de distinta
naturaleza. Se considera como la «base de datos» en la que se inserta la
información a través de la «Memoria Operativa», para poder
posteriormente hacer uso de ella.
Clasificación por tipo de información. Una primera distinción dentro de
la MLP, es la que se establece entre «Memoria Declarativa» y «Memoria
Procedimental». La «Memoria Declarativa» es aquella en la que se
almacena información sobre hechos, mientras que la «Memoria
Procedimental» sirve para almacenar información acerca de procedimientos
y estrategias que permiten interactuar con el medio ambiente, pero que
su puesta en marcha tiene lugar de manera inconsciente o automática,
resultando prácticamente imposible su verbalización.
Memoria procedimental (Implícita) La «Memoria Procedimental» puede
considerarse como un sistema de ejecución, implicado en el aprendizaje
de distintos tipos de habilidades que no están representadas como
información explícita sobre el mundo. Por el contrario, éstas se activan
de modo automático, como una secuencia de pautas de actuación, ante las
demandas de una tarea. Consisten en una serie de repertorios motores
(escribir) o estrategias cognitivas (hacer un cálculo) que llevamos
acabo de modo inconsciente.
El aprendizaje de estas habilidades se adquiere de modo gradual,
principalmente a través de la ejecución y la retroalimentación que se
obtenga de esta; sin embargo, también pueden influir las instrucciones
(sistema declarativo) o por imitación (mimetismo). El grado de
adquisición de estas habilidades depende de la cantidad de tiempo
empleado en practicarlas, así como del tipo de entrenamiento que se
lleve a cabo. Como predice la «ley de la práctica», en los primeros
ensayos la velocidad de ejecución sufre un rápido incremento exponencial
que va enlenteciéndose conforme aumenta el número de ensayos de
práctica.
La adquisición de una habilidad lleva consigo que ésta se realice
óptimamente sin demandar demasiados recursos atencionales que pueden
estar usándose en otra tarea al mismo tiempo, de modo que dicha
habilidad se lleva a cabo de manera automática.
La unidad que organiza la información almacenada en la «Memoria
Procedimental» es la regla de producción que se establece en términos de
condición-acción, siendo la condición una estimulación externa o una
representación de ésta en la memoria operativa; y la acción se considera
una modificación de la información en la memoria operativa o en el
ambiente.
Las características de esta memoria son importantes a la hora de
desarrollar una serie de reglas que al aplicarse permitan obtener una
buena ejecución en una tarea.
Memoria Declarativa (Explícita) La «Memoria Declarativa» contiene
información referida al conocimiento sobre el mundo y las experiencias
vividas por cada persona (memoria episódica), así como información
referida al conocimiento general, más bien referido a conceptos
extrapolados de situaciones vividas (memoria semántica). Tener en cuenta
estas dos subdivisiones de la Memoria Declarativa es importante para
entender de qué modo la información está representada y es recuperada
diferencialmente.
La distinción de «Memoria Semántica» da cuenta de un almacén de
conocimientos acerca de los significados de las palabras y las
relaciones entre estos significados, constituyendo una especie de
diccionario mental, mientras que la «Memoria Episódica» representa
eventos o sucesos que reflejan detalles de la situación vivida y no
solamente el significado.
La organización de los contenidos en la «Memoria Episódica» está sujeta
a parámetros espacio-temporales; esto es, los eventos que se recuerdan
representan los momentos y lugares en que se presentaron. Sin embargo,
la información representada en la «Memoria Semántica» sigue una pauta
conceptual, de manera que las relaciones entre los conceptos se
organizan en función de su significado.
Otra característica que diferencia ambos tipos de representación se
refiere a que los eventos almacenados en la «Memoria Episódica» son
aquellos que han sido explícitamente codificados, mientras que la
«Memoria Semántica» posee una capacidad inferencial y es capaz de
manejar y generar nueva información que nunca se haya aprendido
explícitamente, pero que se halla implícita en sus contenidos (entender
el significado de una nueva frase o de un nuevo concepto utilizando
palabras ya conocidas).
Los recuerdos. Los recuerdos son imágenes del pasado que se archivan en
la memoria. Esos recuerdos nos sirven para traer al presente algo o a
alguien. Así mismo, los recuerdos también se definen como una
reproducción de algo anteriormente aprendido o vivido, por lo que están
vinculado directamente con la experiencia.
Según los psicoanalistas, el aferrarse a un recuerdo puede generar
depresiones y, en casos extremos, hasta una ruptura con la realidad
actual.
Los recuerdos individuales, de un colectivo humano, nos dan una
aproximación más cercana de la realidad que la propia historia, ya que
ella suele saltarse los hechos individuales para centrarse en los
acontecimientos globales.
Patologías. Las alteraciones de la memoria se suelen dividir en aquellas
cuantitativas y las cualitativas.
Alteraciones cuantitativas. Amnesias
La amnesia es la ausencia de recuerdos de un período determinado de la
vida. El sujeto suele tener conciente de que son recuerdos que
existieron pero que se han perdido. Pueden ser parciales o totales.
Amnesia parcial: afectan los recuerdos de un campo reducido de memoria
visual, auditiva o verbal. Puede estar presente en trastornos orgánicos
del cerebro, lesiones de la corteza cerebral por traumatismos,
deficiencia circulatoria, intoxicaciones o trastornos psicogénicos. Si
la amnesia es de etiología orgánica, ésta suele ser amnesia definitiva,
mientras que la amnesia temporal de etiología psicogénica no tiende a
ser definitiva.
Amnesia total: es la que se vuelve extensiva a todos los elementos y
formas de conocimiento, que corresponde a un lapso determinado de la
vida del sujeto. Según la cronología del lapso olvidado, se divide en:
Anterógrada o de fijación: incapacidad de evocar hechos recientes pero
si logra recuerdos antiguos. Suelen ser transitorias pero pueden
convertirse en definitivas como ocurre en las demencias.
Amnesia retrógrada o de evocación: es la dificultad para evocar el
recuerdo de vivencias conservadas del pasado y que en otra oportunidades
han podido ser recordadas.
Amnesia global o retroanterógrada: afecta simultáneamente la fijación de
eventos presentes y la evocación de recuerdos pasados. Se observa en los
períodos terminales de las demencias.
Hipomnesia. Es la disminución de la capacidad de la memoria debido a una
dificultad tanto en la fijación como en la evocación. Se observa en
personas psiquiátricamente normales con preocupaciones profundas que
acaparan la atención, así como en pacientes con neurosis.
Hipermnesia. Es el aumento o hiperactividad de la memoria, frecuente en
pacientes maníacos o delirantes, pero se presenta en sujetos con
entrenamiento especial de la memoria.
Dismnesia. Es una alteración cuantitativa que traduce siempre en una
disminución de la memoria, imposibilita evocar un recuerdo en un momento
dado y evoca otros en forma borrosa o poco nítida.
Alteraciones cualitativas. Se han agrupado bajo la denominación de
paramnesias, es decir, los falsos reconocimientos o recuerdos inexactos
que no se ajustan a la realidad. Los principales son:
Fenómeno de lo ya visto: es la impresión de que una vivencia actual ha
sido experimentada en el pasado y en la misma forma. Se puede observar
en personas normales o en sujetos neuróticos y esquizofrénicos.
Fenómeno de lo nunca visto: sensación de no haber visto o experimentado
nunca algo que en la realidad ya conoce.
Ilusión de la memoria: es la evocación deforme de una vivencia, al cual
se le agregaron detalles creados por la fantasía. Se observa en personas
normales, delirantes y esquizofrénicos.
Fuente:
Wikipedia.org / InfoUruguay
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