RECORRIDOS OMNIBUS en MONTEVIDEO
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RECORRIDOS DE OMNIBUS - Montevideo - Uruguay.
Recorridos de Omnibus de CUTCSA
Recorridos de Omnibus de RAINCOP
Recorridos de Omnibus de COPSA
Recorridos de Omnibus en Terminal 3 CRUCES
ORIGENES del TRANSPORTE en OMNIBUS
MONTEVIDEO URUGUAY
La gestación del transporte colectivo en Montevideo, al igual que en
otras capitales, se produce por la necesidad de comunicación y
evoluciona paulatinamente con el crecimiento de la ciudad, comenzando
con los servicios de diligencias. En 1866 se otorga el primer permiso
para una línea de tranvía a caballo, continuando con el "Tranway"
(transporte por riel).
Éste último fue desempeñado desde 1868, principalmente por siete
empresas. Seis de ellas propiedad de empresarios nacionales,
florecientes en sus comienzos, pero sin la necesaria renovación ni
ampliación que les permitiera enfrentar con éxito el crecimiento de la
ciudad y las innovaciones tecnológicas, que en materia de transporte
surgían en el mundo.
Por esos años, Montevideo estaba atendido por líneas que unían el centro
de la ciudad con las cercanías: Pocitos; la zona del Buceo, La Unión,
Prado, Paso Molino, entre otras.
Las empresas existentes eran débiles económicamente, por ello,
conscientes del potencial del mercado montevideano, a fines del siglo
XIX, se instalaron dos empresas de capitales extranjeros, cuya finalidad
comercial era la explotación de un servicio de tranvías eléctricos.
En poco menos de una década, las compañías de tranvías de caballitos,
pasaron a ser absorbidas por estas dos grandes empresas: “Sociedad
Comercial de Montevideo” de capitales ingleses, que adquirió “Tranvías
del Este”, “Pocitos, Buceo, Unión” y “Unión Maroñas”; y la compañía “La
Transatlántica”, integrada por capitales alemanes, que absorbió las
empresas de tranvías “Paso Molino y Cerro” y “La Oriental” la que a su
vez había adquirido con anterioridad el tranvía “Uruguayo”.
Este proceso hizo que, comenzado el siglo XX, el transporte colectivo de
pasajeros de Montevideo estuviera en manos de dos empresas eléctricas (a
excepción del “Tranvía del Norte”).
Luego de varios años de negociaciones, el Estado otorgó la concesión de
60 líneas por 70 años, a cambio de la extensión de algunos recorridos y
el aumento de las frecuencias. A fines de 1906 se procedió a la
inauguración de los servicios de tranvías eléctricos de la Ciudad.
A pocos años de su instalación, surgieron los primeros inconvenientes
entre las autoridades nacionales y las empresas tranviarias.
La ciudad crecía vertiginosamente y surgían nuevos barrios, por lo cuál
era necesario aumentar los servicios, pero las empresas no tenían la
misma visión ya que la ecuación económica hasta el momento era muy buena
y no había razón para realizar más inversiones.
Este fue el ambiente que gestó el origen de los ómnibus.